El ser humano es un animal social, con necesidad de relacionarse con sus semejantes cuya libertad  se ha visto afectada a lo largo de la historia por multitud de causas. Es esa necesidad de desarrollar nuestra característica social, la necesidad de otros para sobrevivir, la coexistencia con nuestros semejantes lo que, debido a la pandemia mundial que nos ha azotado, ha  incrementado la necesidad de buscar la forma de expresarse a ese ser social que somos.

Este proyecto surge de esa necesidad de expresión, de dar respuesta a esos sentimientos, dudas, la incertidumbre que me han acompañado durante este periodo, un ejemplo de la vorágine de emociones que supone el aislamiento bajo la responsabilidad moral de proteger la vida de tus semejantes.

¿Por qué escribir un diario? ¿Por qué ese formato?

Siempre me ha seducido la mística de los diarios, ese pequeño cuaderno escondido entre los cajones, donde se escriben los pensamientos más profundos, aquellos que deben ser expresados pero no difundidos a la ligera, aquellos que se encuentran en lo más profundo de nuestro ser, un espacio seguro donde manifestarse sin complejos, miedos ni prejuicios, sin etiquetas preestablecidas, el lugar para el yo, expresado de la forma más pura, de la forma más visceral , mas instantánea; como aquel que toma una polaroid, el reflejo de un instante forjado a lo largo del tiempo, sólido e inestable al mismo tiempo.

Es la representación del proceso.

Es el cambio.